Secretos de Vida, La vida es un teatro. 6to. capítulo

El fracaso es aceptar el error, aprendiendo de él. El fracasado es quedarse a vivir en el fracaso.

Todo es confort y bienestar en el teatro.

Samuel, el director de la obra, esperaba un nuevo personaje, recomendado por la Academia de Arte, con excelentes calificaciones.

Sigo mi recorrido y veo asombrada a un joven escondido detrás de la escalera.

Me acerco sigilosamente para saber quién es.

_Perdón, ¿quién eres?

Me miró asustado y con voz trémula, me dijo:

_Soy Damián.

_No comprendo el porqué de tu escondite. Samuel te espera para integrarte al staff protagónico de la obra “La vida es un teatro”.

_No soy capaz, tengo miedo al escenario y al público en general. Cuando actúo en mi grupo en la Academia, me siento seguro pero, en estas circunstancias siento terror al fracaso, prefiero estar escondido.

_¿Por qué ese terror al fracaso? ¿Cómo fue tu vida para actuar así?

_En mi vida, siempre caminé de fracaso en fracaso, a veces con deseos de seguir adelante y en otros momentos quedarme como fracasado.

Me siento aletargado, incapaz, sólo en mi grupo estoy tranquilo. Estudié y fue una frustración, me enamoré malogrando la pareja, perdí muchos amigos y con la familia también fue una derrota porque soñaban con verme organizado en algo que nunca logré.

Comencé teatro a los 18 años y en cada evento, presentación que tenía que subir al escenario, era otro disgusto. Me sentía ahogado, descompuesto, mareado y huía con un miedo que me paralizaba el habla.

_En la Academia eres un personaje notorio, muy querido por tus profesores y compañeros.

_Porque no hay escenario ni público. El libreto lo interpretamos en grupo sintiéndome acompañado.

_¿Tienes pavura al escenario y a los espectadores?

_Si, por todas las amarguras pasadas.

Damián denotaba una palidez inmensurable, inquieto, su cuerpo temblaba, vi en su mirada desolación, tristeza, angustia, frenando el impulso de huir.

_Damián, estás uniendo un pasado de muchos años de fracasos, con un presente brillante que se te presenta.

Tienes 22 años, con una personalidad formada y debes enfrentar la vida con fuerzas, energía y voluntad. No te escondas por el miedo, el pasado fue y conscientemente lo venciste porque estás triunfando en este camino elegido.

El valiente enfrenta el miedo, el cobarde se esconde porque sigue manteniendo esa caída de algo inexistente en el hoy.

Piensa en tus habilidades, no en los errores cometidos, recuerda cada uno de ellos para no volverlos a cometer.

Es tu mente la que marcará un nuevo camino.

Damián me escuchaba en silencio, con mucha atención. Su rostro iba tomando color. Salió del escondite sentándose a mi lado.

_Debes romper el hielo de tus limitaciones, haz un cambio en tu accionar. Esto te conducirá al éxito empleando la energía vital que posees.

Recuerda siempre: el fracaso pasa; el fracasado queda sumergido en la nada. Borra esos episodios de tu adolescencia.

Muévete, demuestra tu capacidad y lo que eres capaz de ser.

_Elizabeth, sus palabras me hacen reaccionar dándome fuerzas para decir: lucharé por ser yo mismo y alcanzaré los logros con mis propios esfuerzos.

_Con voluntad, perseverancia y osadía podrás alcanzar tus sueños. El esfuerzo de tu mente te ayudará a lograr la meta proyectada.

Recuerda siempre que el éxito requiere esfuerzo diario, trabajo constante y una energía desafiante.

Damián comenzó a sonreír y aceptó que lo acompañara a hablar con el Director que lo estaba esperando.

Convinieron que al día siguiente se presentara para una prueba de ensayo y entregarle el libreto que le correspondía.

Se sentó en la primera fila observando cada detalle de los actores. Había cambiado, aplaudía con energía y quedó embelesado observando a Stefanía que con sus danzas emana dulzura, una paz que atrapa y envuelve, con su arte y mansedumbre natural.

Al día siguiente, fue el primero en llegar, lo observé feliz y en sus ojos había una placidez definida.

El grupo lo recibió con cariño, haciéndolo sentir seguro y acompañado.

Samuel, el Director, con sólo mirarlo, sin previo ensayo, le entregó el libreto, comenzando inmediatamente.

Damián es apuesto, con un físico impactante y un rostro inquietante. Sus ojos claros contrastan con su enrulada cabellera semi larga color miel.

Al retirarse me busca con la mirada, como deseando decirme algo.

_Elizabeth, decirle gracias, es una palabra muy pequeña e insignificante para expresar mi agradecimiento hacia Usted. En pocas palabras me enseñó a poseer fuerzas para comenzar un nuevo desafío.

_Damián, no necesitas agradecerme nada, estoy para ayudarte, escuchándote. Me basta con una sonrisa cuando estés en el escenario. Con sólo eso, soy feliz.

Estaba todo en orden esa noche, la obra fue aplaudida con ahinco y el público se retiró satisfecho.

Se cierra el telón y repentinamente se sintieron gritos desaforados y un correr por los camarines.

Muy sorprendida, consulté con Laura, la Coordinadora, para saber que sucedía.

La protagonista principal, sufrió un ataque de ira y estaba en un shock nervioso entre llantos, ahogos, arrojando lo que encontraba a mano.

Con Laura no podíamos frenar ese impulso ni entendíamos su inesperada reacción.

Ella es Micaela… ¿qué le sucedió?

En el próximo capítulo, averiguaremos el porqué.

Elizabeth, creación ficticia de Mercedes Davire de Llaver

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Capítulo 2 cliclear en: http://www.arndiario.com/notas/ver/id/17264/2017-04-01/Secretos+de+Vida+LA+VIDA+ES+UN+TEATRO+2do+Capiiacutetulo

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