Más noticias | Cultura
Actualizado el Viernes 24 de Junio de 2016


Un Gran Hombre para Descubrir (sexta entrega)


Continuamos compartiendo el trabajo realizado por la Asociación Cultural Sanmartiniana Mi Tebaida, de la Ciudad de Gral. San Martín, sobre la emboscada y posterior muerte de Don Martín Miguel de Güemes.

 

EL JEFE DE LA GUERRA GAUCHA (6)


En junio de 1821 Olañeta, que estaba en camino, mandó al coronel español “Barbarucho” Valdez por un sendero desierto de la Puna, junto a algunos miembros de la familia realista Archondo.

Nativo de Valencia, Valdez se había radicado hacía décadas en la región y tenía experiencia en arriar y robar ganado, lo que lo había llevado a conocer muchos sitios poco transitados.

En la noche del 7 de junio llegó de incógnito con sus hombres a la ciudad de Salta, para intentar sorprender y ultimar a Güemes con las indicaciones de los mencionados, que lo condujeron a la casa de su hermana Macacha; unas pocas averiguaciones los habían llevado a saber que el buscado estaba allí dentro.

Al oír ruidos de disparos de arma de fuego que venían de la calle, Güemes se dio cuenta de que algo andaba mal, y salió a ver qué ocurría. Tuvo que subirse a un caballo para huir de la encerrona.

Al salir a todo galope fue herido por una bala en un glúteo. Siguió hasta una hacienda a 2 leguas de allí. Su herida era profunda, y siendo su caso el de un hemofílico, ya no iba a cicatrizar.
El general Olañeta volvió a ocupar Salta, y días después envió representantes a verse con Güemes, para que éste aceptara rendirse y hacerse tratar con un médico. Güemes se negó, e hizo jurar a su segundo que la guerra continuaría luego de su muerte.

Falleció a los 10 días de la trampa, el 17 de junio y a los 36 años de edad, ello debido a una septicemia, lo que en esos tiempos se conocía como gangrena tetánica.
Al ocurrir su deceso estaba a la intemperie, en un catre preparado por el capitán de gauchos Mateo Ríos. Su cadáver fue sepultado en la capilla del Chamical. Al enterarse, su esposa se encerró en su habitación, y al parecer se dejó morir de hambre.

A unas semanas de su muerte, sus hombres obligaron al ejército español a evacuar Salta; la guerra gaucha continuaba.

Ésta fue la última invasión realista al norte argentino, con lo que Güemes hasta después de muerto pudo vencer a sus enemigos.
La prensa bonaerense no mostró aprecio por él; la noticia de su deceso se publicó así en La Gazeta de Buenos Aires: “Murió el abominable Güemes, al huir de la sorpresa que le hicieron los enemigos. ¡Ya tenemos un cacique menos!”. Este artículo dejaba ver que sus editores sentían más alivio por la muerte de alguien al que veían como un enemigo ideológico, que pesar por estar Salta otra vez en manos realistas.

Los restos del único general argentino caído en acción de guerra exterior más adelante serían puestos junto a los de su esposa en el Panteón de las Glorias del Norte de la República, ubicado en la Catedral Basílica de Salta.
Imagen: Pintura de Antonio Alice (1910), que recrea los últimos momentos de Güemes.

 


Etiquetas:




Click en la foto para ampliar.















Desarrollo de Pizza Pixel