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Actualizado el Viernes 24 de Junio de 2016


Un Gran Hombre Para Descubrir (segunda entrega)


En esta oportunidad publicamos El Jefe de la Guerra Gaucha (2) producido por la Asociación Cultural Sanmartiniana Mi Tebaida, de la Ciudad de Gral. San Martín.

EL JEFE DE LA GUERRA GAUCHA (2)

Díaz Vélez le mandó reintegrarse al ejército, lo cual cumplimentó llevando con él 300 hombres, 500 fusiles y 2 cañones. Los patriotas se vieron obligados a retirarse a San Salvador de Jujuy por el avance de las muy numerosas tropas realistas dirigidas por José Manuel de Goyeneche.

Pero cuando el general Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la segunda expedición auxiliadora, dispuso el traslado de Güemes a la ciudad de Buenos Aires, ello por causa de su indisciplina a raíz de una discusión sobre mujeres entre oficiales a su mando. Y así se tuvo que quedar en el río de la Plata como agregado al Estado Mayor General.

Al saberse la noticia de la derrota de Ayohúma, Güemes ahora fue ascendido a teniente coronel para ser enviado al norte en calidad de jefe de las fuerzas de caballería que debían dar apoyo al coronel José de San Martín, nuevo comandante del Ejército del Norte. En esta nueva expedición quedó a cargo de la vanguardia del ejército reemplazando en ese puesto a Manuel Dorrego, oficial que había sido desterrado por San Martín en razón de su indisciplina.

Ahora volvía a Salta como el protector de los pobres y como el más decidido partidario de la revolución. Pero no pudo conseguir nuevos aportes de recursos de parte de los sectores adinerados. Contó con su hermana María Magdalena "Macacha" Güemes como una de sus principales colaboradores.

San Martín le encomendó el mando de la avanzada del río Pasaje (o río Juramento, pues a sus márgenes el general Belgrano había hecho jurar obediencia al gobierno de Buenos Aires, la Asamblea del Año XIII, y a la bandera nacional).

Poco después asumía también el mando de las partidas que operaban en el valle de Lerma (donde está la ciudad de Salta). Así, con la ayuda de caudillos como Luis Burela, Saravia, José Ignacio Gorriti y Pablo Latorre, pudo reiniciar la guerra gaucha, que resultó ser una larga serie de enfrentamientos casi diarios y encuadrados en la guerra de guerrillas, apenas unos tiroteos seguidos de retiradas. Eran fuerzas poco disciplinadas y mal equipadas, pero se apoyaban en la población y podían hacer mucho daño a un ejército regular.

Las acciones de esas tropas de gauchos del campo frustraron la marcha del general Joaquín de la Pezuela e hicieron posible otro avance hacia el Alto Perú, ahora al mando del general José Rondeau, mientras que Güemes tuvo una destacada actuación en la victoria de Puesto del Marqués.

Indignado por el desprecio que Rondeau tenía para con sus gauchos y por la indisciplina que veía en el Ejército del Norte, Güemes dejó el frente y se retiró hacia Jujuy, calculando que ese ejército se encaminaba hacia una derrota y que a él sus gauchos le hacían falta. Llegado a Jujuy se adueñó del armamento de reserva que allí tenía el ejército; al saberlo, Rondeau lo declaró traidor.


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