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Actualizado el Martes 24 de Noviembre de 2015


Origen del Barrio San Pedro


“En una casa del barrio San Pedro, Francisca muestra todo su cuerpo", grabó León Gieco en 1980 en su “Canción de amor para Francisca”.

Por supuesto, no aludía al barrio sanmartiniano donde jamás estuvo, pero aquel mismo año Serú Girán se presentó en su gimnasio cerrado para ofrecer un recital.

Sí, la mítica banda de Charly García no se presentó en nuestra ciudad, sino en este barrio tan particular que se halla a la margen oeste del carril Costa Canal Montecaseros (hoy, avenida Eva Perón), la cual es una de las principales vías de ingreso a la ciudad de General San Martín para los que vienen desde el norte por la Ruta Nacional 7.

Sus calles se planificaron como un entramado de caminos, pasajes, peatonales y rotondas, y han sido quebraderos de cabezas para los visitantes que usaban al tanque de Obras Sanitarias y a la “casa de piedra” o “estación de servicios” como puntos de referencia. A tantos años de ser hechas, muchas viviendas no se muestran iguales, pues sus frentes han sufrido refacciones y son también puntos de referencia.

Las empresas Petersen, Thiele y Cruz, intermediarias entre el Banco Hipotecario Nacional y los adjudicatarios, se asociaron para su diseño, urbanización y construcción. Se pensó como un barrio de tipo familiar, teniendo muy en cuenta la presencia de niños, por lo cual debía tener calles chicas para evitar la velocidad de los vehículos.

A fines de los ’60 esta urbanización se proyectó en una parte de la extensa finca “San Pedro” que fue adquirida a la familia Von der Heyde. Dicha familia la había comprado el 29 de junio de 1923 y le había dado el nombre del principal apóstol de Jesús, en homenaje a su día. Por esto, pues, el barrio a edificarse heredó dicho apelativo.

Las casas fueron pensadas a efectuarse en tres etapas. Los primeros pobladores llegaron en 1971 y las últimas viviendas se entregaron en 1974. Hoy viven allí más de 8.000 personas.

Llevar adelante un barrio proyectado para 1.219 viviendas fue todo un desafío, pues iba a ser uno de los más grandes del país, y al principio la gente no se interesaba mucho en tener allí una solución habitacional.

Por eso fue que la primera etapa tuvo que ser ofrecida en éste y otros departamentos con sus diferentes distritos, con un equipo de promotores empleados de la firma. No hubo requisitos excluyentes; se aceptaban adjudicatarios casados y solteros, con propiedades o sin ellas, todo para que la gente se fuera inscribiendo. Sólo se hizo un sorteo para las diferentes ubicaciones de cada adjudicatario antes de su entrega.

Muchos de los que las observaban decían que no les gustaba el diseño de esas casas, a las que les veían el techo demasiado bajo; opinaban que su tamaño era exiguo y le objetaban que no tuvieran entrada para vehículos, siendo casas unidas una con la otra. Las únicas que ofrecían la posibilidad de entrar a su patio de forma independiente eran las de las esquinas y las de punta, es decir, a continuación de las de las esquinas. Además, aducían que era un barrio apartado del casco urbano.

Claro, este barrio estaba planificado en forma no convencional.

La etapa se comenzó construyendo unas 400 casas al centro del predio, y los resultados empezaron a verse. Ya no era una idea loca, sino una realidad que estaba funcionando, pues muchas familias se mudaron a aquel tranquilo lugar por entonces de calles enripiadas, con muy pocos árboles, donde pronto el calor y los mosquitos se hicieron sentir.

Siendo poco posible comenzar la segunda etapa en el costado norte por no haber muchos interesados, los empresarios decidieron inscribir a sus propios obreros a efectos de solucionar aquel inconveniente, pues caso contrario los tales se quedarían sin su fuente laboral. Como algunos de éstos provenían de lugares precarios, como los ranchos de calle Espejo, esa segunda etapa no llegó a ser una buena zona, y varias de sus calles aún no están hormigonadas hasta hoy, además de que es la parte más alejada del barrio.

Cuando se abrió la inscripción para la tercera etapa - el sector cercano a la actual Ruta Provincial 50 - sucedió que la gente acudió masivamente, por ver lo construido (tuvieron que ver para creer), y ahora el Banco Hipotecario Nacional impuso una serie de requisitos para los nuevos anotados: No tener otra propiedad y tener ingresos suficientes para que con su tercera parte pudieran pagar la cuota, y a veces hasta se llegaba a anotar el total de ingresos del grupo familiar.

Aun con todas esas condiciones, se anotó el triple de interesados con respecto al número de casas disponibles, por lo cual hubo que hacer un sorteo para definir quiénes serían los adjudicatarios.

El propósito quedó largamente cumplido. Muchos se habrán arrepentido de no haberse inscripto para la segunda etapa.

1.219 viviendas distribuidas en 6 hexágonos, los que a su vez contienen calles, rotondas y peatonales, con un total de 37 manzanas de formas diversas... ahí sí que era fácil perderse, en especial de noche, pues casi todas las casas se veían iguales, por lo cual se instalaron mapas en sus entradas principales ante el carril Costa Canal Montecaseros.

Se dice que este tipo de urbanización es único en Argentina, y que habría otro igual en Sudamérica, con todas las necesidades de sus habitantes, teniendo desde un principio un lugar para la policía, para la unión vecinal, para la escuela primaria, iglesia, gimnasio cubierto, oficina de Registro Civil, centro de salud y un centro comercial con 18 locales, más una sucursal del hoy desaparecido Banco de Mendoza.

Desde sus comienzos celebró su día el 29 de junio con una gran fogata, dando motivo de gozo para grandes y chicos, cosa que se hizo en la zona de la actual escuela Léppez, luego en el playón donde hoy está el nuevo polideportivo, así como en un sector de la zona cercano a la iglesia. Pero hoy ya no se dispone de lugares para esto. La tradición parece haberse perdido.

Pronto los irónicos le encontraron sobrenombres, "Entrá si querés y salí si podés" y "Barrio Shelton", por una publicidad televisiva de cigarrillos que agregaba la frase "para entendidos".

Extraído del Muro de Facebook de Ricardo Enrique Falanga Herrera


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