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Actualizado el Lunes 25 de Mayo de 2015


Los Apuros de Bermejo Contra la Seguridad de Cornejo


Los dos principales candidatos a gobernador debatieron ideas y proyectos invitados por AEM.

La semana que termina no fue una más. En medio de las profundas diferencias internas que las PASO no lograron cerrar, el oficialismo mendocino fue conminado por la Presidencia a buscar y encontrar un acuerdo general para definir una lista de unidad en los cargos de diputados y senadores nacionales, donde no hay lugar para todos. Claro que la Casa Rosada puso sus condiciones como sospechaban en Mendoza una vez que, tras la derrota del 19 de abril, corrieran a buscar el apoyo de Cristina Fernández en todo sentido asumiendo los riesgos de las obligaciones que les impondrían.

En medio de decenas de versiones que fueron cambiando según quien difundiera lo que supuestamente ocurrió tras ese encuentro del martes entre los capitostes de Cristina con el gobernador Francisco Pérez más el intendente Emir Félix y los legisladores ultra K Guillermo Carmona y Anabel Fernández Sagasti, todos coincidieron en que nadie salió ratificado y que en nombre de la presidenta se les dijo que los camporistas deben estar sí o sí al frente de las listas porque el proyecto con vigencia al 10 de diciembre, para prosperar al menos en el parlamento, los necesita de manera imperiosa.

Por estos días, además, arrancó la campaña final de cara al 21 de junio. En la tarde ayer, los dos principales candidatos Adolfo Bermejo y Alfredo Cornejo debatieron ideas y proyectos invitados por AEM, la Asociación de Ejecutivos de Mendoza. Bermejo esforzándose en bajar un discurso esperanzador “pese a los problemas”; Cornejo realista y duro con un diagnóstico crudo sobre “lo mal que está Mendoza” pidiendo el voto empresario para cambiar a un equipo de gobierno que “administra la provincia desde hace ocho años”. Fue el primer round de unos cuantos que tendrán, para terminar en los enfrentamientos televisivos de la última semana antes de las elecciones.

Así arrancó la campaña. Pero además, el oficialismo lo hizo remozando los spot televisivos y las fotos y mensajes de la cartelería que comenzó a fijar en la vía pública: un Bermejo más sonriente y animado de lo que se vio hasta ahora, sumado a un grupo de frases del estilo “gobierno con vos”, “saben hacer bien” y “bien de Mendoza”. A lo puramente visual, y todo lo dominado por el marketing político, en los discursos el oficialismo pondrá el acento en lo que cree son los puntos débiles de Cambia Mendoza de Cornejo, identificando entre ellos el preferido por los candidatos del gobierno: la intención de los radicales de hacer una profunda revisión de las decisiones administrativas y de la política de gastos que fue aplicando Pérez desde el comienzo de su gestión, incluyendo, además, los cuatro años anteriores de Celso Jaque.

“El radicalismo, para cuestionarnos, le ha metido miedo a la gente que está viendo que con ellos llegará el ajuste. Nos viene bien que hablen de los estatales y que cuestionen los acuerdos paritarios con el pase a planta de los contratados, porque parte de los cien mil empleados públicos más sus familiares van a pensar bien qué hacen al momento de votar y si se quedan con lo que hay o van hacia un gobierno que los hostigará o en el peor de los casos los echará”, es el análisis que hacen los operadores del peronismo sembrando el terror si es que se imponen sus rivales.

Los radicales, en cambio, responden con un “nos estamos preparando para gobernar; son ellos los que vienen de atrás, los que tienen que remar el resultado electoral de abril y sabemos que parte de la estrategia que van a usar es la del espanto”, al decir de uno de los integrantes de los equipos técnicos que logró conformar el radicalismo con Enrique Vaquié, Laura Montero y el cornejista Martín Kerchner.

Ahora bien, es cierto que Cornejo bajó el perfil luego del 19 de abril y se alejó de las declaraciones altisonantes. Optó por presidir reuniones de vecinos y de organizar pequeños actos junto a sus candidatos a intendentes en todos los departamentos, en especial aquellos en donde el oficialismo ha tenido los mayores problemas, en territorios claves como Guaymallén, Las Heras y Luján.

La confianza reina en las filas radicales y en el entorno de Cornejo y Laura Montero. Consultados algunos integrantes de los equipos técnicos sobre la estrategia del oficialismo de hacerlos ver como los fantasmas de los 90, como los caballeros del ajuste, los de la reducción de salarios estatales y hasta aquellos que impulsarán una purga de los recursos humanos del ámbito público, responden con suficiencia: “Sabemos que corremos algún riesgo, pero estamos convencidos de que tenemos más para ganar que por perder. Porque los acuerdos paritarios que incluyen el nombramiento de ñoquis y de funcionarios más los de sus familiares han sido firmados por políticos y sindicalistas desprestigiados que desprecia la sociedad. Ese es nuestro mensaje y lo hacemos ahora basados en el resultado de las PASO. La gente que nos votó y que hizo ganar a Alfredo lo hizo porque se cansó de este sistema, de ochos años de ineficiencia y de falta de crecimiento. Un gobierno que no supo, no pudo o no quiso aprovechar las bonanzas de los últimos años”, afirman entusiasmados.

En el ánimo de los radicales se ha instalado la idea de que el resultado electoral del 21 de junio será mucho más favorable para sus candidatos de lo que fue en las PASO. Entienden que la divulgación de una encuesta oficial que coloca al oficialismo a tres puntos por debajo de Cornejo y que se presenta como un “empate técnico”, les terminará jugando a su favor.

Según interpretan los sociólogos radicales, aquel ciudadano que los votó en las PASO, al tomar conocimiento de la encuesta difundida por el gobierno responderá con más fuerza ratificando su voto del 19 de abril e incluso, sostienen, puede que la diferencia entre Cornejo y Bermejo sea mucho mayor. Y se preguntan: “¿Por qué Mendoza cambiará el voto del 19 de abril? Y más aún, cuando le dicen que supuestamente el oficialismo se ha acercado al radicalismo, frente a todo lo hecho por el gobierno en los últimos años no hará otra cosa que votar por un cambio, un cambio para mejor como decimos en la campaña”, comenta y analiza uno de los estrategas del radicalismo.

Por ahora, y en el arranque del último tramo de la campaña, se verá un oficialismo más agresivo de aquel de las PASO, intentando la reacción de un Cornejo que por el momento hará esfuerzos por evitar lo que entienden serán provocaciones. Unos, los oficialistas, saldrán a pedir otro voto de confianza asegurando que aprendieron de los errores cometidos tras ocho años de gobierno y alentando la visión del terror sobre sus rivales. Los otros, desde la oposición, seguirán caminando la provincia diciendo que se están preparando para gobernar y para terminar con la ineficiencia del Estado mendocino que lo despojó de independencia y autoridad para reclamar en la Rosada lo que es de Mendoza.

Fuente: Marcelo Torres para Sitio Andino


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