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Actualizado el Jueves 18 de Diciembre de 2014


Al rey de esta jungla, se le soltó un patín


Tocó para 50.000 personas, pero lo vieron casi 100.000. Una parte del público fue rico gratis, pero la otra se quedó fusilada por la cruz roja. El Indio ya habló arriba del escenario y con su producción. Ahora tiro yo, porque me toca.

Carlos Alberto "Indio" Solari y sus Fundamentalistas del Aire Acondicionado volvieron a pisar suelo mendocino para rockear en el autódromo Jorge Ángel Pena, tal como ocurrió hace 15 meses. El espectáculo estuvo marcado por graves errores de sonido que hicieron complicado el disfrute para miles de ricoteros y por la gran cantidad de gente que ingresó sin ticket cuando se levantaron los ingresos al recital. La mitad del público fue rico gratis.

Sucede que el ex líder de Los Redonditos de Ricota, tan convocante como el que más a nivel mundial, realizó un show impresionante, pero lamentablemente la mitad del público no logró escuchar nada y se quedó con las ganas. Es que inentendiblemente, cuando Solari y los suyos nos tenían acostumbrados a mega-recitales con 3 y hasta 4 filas de torres de sonido en Gualeguaychú, Tandil y también en Mendoza, en esta oportunidad la potencia fue el gran problema: sólo las torres de sonido del escenario, que no fueron suficientes para calmar los 200.000 oídos que se hicieron presentes. 100.000 personas vieron al Indio, pero sólo 50.000 o menos lo escucharon. Al que era, rey de esta jungla, se le soltó un patín.

Pero esto es Muchamerd señores y no podíamos quedarnos en el fondo, donde no se escuchaba, poniendo las quejas por la falta de sonido. Fuimos a la guerra, nos metimos en la masa y pasamos a contarte cómo se vivió el pogo más grande del mundo en su versión Mendoza 2014.

Siendo las 9:35 de la cálida noche sanmartiniana, sólo 5 minutos después de lo anunciado en las entradas, las luces del escenario se encendieron y las pantallas gigantes mostraron al Indio Solari en primer plano. Fue muy extraño para los que íbamos llegando a la zona "caliente" del campo: veíamos al Indio, notábamos que su boca se movía, pero no lo escuchábamos. Algo andaba mal.

 

Y así fue que pasaron los 2 primeros temas, con el sonido bajo como si realmente se tratara de una misa, entre el silbido de la gente que no lograba escuchar y una imagen épica de los ricoteros intentando avanzar entre la marea de gente para poder acercarse al escenario. Sólo recién de cruzar la barrera de la torre de sonido logramos percibir el rock fuerte, como en el puticlub, como tiene que ser. Ahí "Ceremonias en la tormenta" abrió el recital, al menos para nosotros.

Las primeras 5 canciones de la noche, todas de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, ya mostraron que esta presentación del Indio Solari no sería la más ricotera. Sucede que recién en el sexto tema sonaron los acordes del primer tema "redondito" de la noche: "Drogocop", del maravilloso disco "Último Bondi a Finisterre".

Si algo caracterizó a Solari durante el espectáculo fue su variabilidad de humores a lo largo del toque. Es que ese Indio firme y con cara de malo de otras ocasiones pasó de la emoción a las lágrimas, de las lágrimas a la euforia y de la euforia al enojo durante las 2 horas que se paró en el escenario. El momento emotivo fue cuando dedicó un tema a la hija del periodista deportivo "Titi" Fernández, fallecida en un accidente de tránsito durante el mundial de Brasil.

Y siguió la lista de temas y los redondos seguían brillando por su ausencia: pasaron "Amok, Amok", "Torito es muerto, "Porque será que no me quiere Dios", "Nike es la cultura" y "Bebamos de las copas lindas", entre otros temas de alguno de los 4 discos "solistas" del "Indio".

De esta forma los ricoteros debieron esperar hasta después de un breve parate para volver a agitar sus corazones cuando el Indio cantó "Fuegos de octubre", que si bien el propio Indio Solari "Salió como el traste", sirvió para despertar a la gente de la modorra fundamentalista. "Nadie es Perfecto", "Nam Fri, Frufi, Fali, Fru", "Una piba con la remera de Greenpeace", le siguieron en el repertorio de ricota.

El pogo era sofocante, no sería el más grande del mundo si fuera fácil mantenerse en pie y cada pausa que el Indio hacía era la oportunidad perfecta para respirar. Así es que otro breve parate llegó en el momento perfecto para recargar energías y hacer frente a la continuidad de la batalla. "To Beef or not to Beef", "Pabellón Séptimo", "Pedía siempre temas en la radio" y "Todos a los Botes" sonaron de forma impecable (para los que lograban escuchar) y generaban la antesala para el gran final.

Pero faltaba más, los "viejos ricoteros" iban a tener lo que vinieron a buscar a Mendoza: "Etiqueta Negra", "Juguetes Perdidos", "Pogo" y "Roxana Porcelana" (en el orden que me acuerdo, no en el que sonaron) saciaron la sed de los noventosos que siguen soñando con "Que se vuelvan a juntar".

Y llegó la hora del cierre con la interpretación de un clásico que hizo hervir la sangre de las 100.000 almas que llegaron a San Martín: "Todo un palo". Luego siguió Flight 956 y el espectáculo finalizó como no podía ser de otra manera: "Jijiji". La misa terminó, podíamos ir en paz.

Recién cuando intentábamos regresar a nuestro punto de encuentro, rotos y malparados por la guerra del pogo, logramos recopilar declaraciones de ricoteros y pudimos comprobar que los problemas de sonido no habían sido momentáneos, tal como se nos ocurrió en un principio, sino que habían durado durante todo el espectáculo y muchos no pudieron escuchar ni una sola canción en calidad óptima. "Vine desde Bariloche y no escuche nada, vi una pantalla gigante y la gente me cantaba los temas. Yo pague $500 y no escuché", nos dijo un joven como muestra de lo que debieron sufrir muchos. Nunca sabremos si fue por venganza por las pocas entradas vendidas o un error de la producción, pero el Indio tendrá que reivindicarse pronto con su gente.

Sin embargo, y a modo de opinión personal, creo que la crítica no puede quedar sólo en el monto que el Indio se "ahorró" por no colocar más torres de sonido. Tenemos que empezar a pensar si entrar gratis a los recitales de él es una necesidad o una comodidad y si realmente queremos seguir disfrutando misas por muchos años más. Creo que hablo por miles, por toda la banda inconsolable, cuando digo que a pesar del sonido, a pesar de que la lista de temas no fue la mejor, a pesar de que la puntualidad nos hizo perder varias canciones, siempre será el único héroe en este lío.

La Misa previa

No hay misa sin Redondos y no hay Redondos sin misa. Los Redondos y ahora el Indio Solari no es algo que pueda disfrutarse llegando al lugar del toque sobre la hora, hay que sentirlo, vivirlo y compartirlo.

Desde muy temprano a la mañana del sábado miles de ricoteros comenzaron a caminar por las calles de San Martín con la idea de hacer la previa del tan esperado recital. Promediando la tarde miles de kilos de carne se asaban, miles de litros de cerveza habían desaparecido de sus latas y otros tantos de fernet se habían mezclado con Coca-Cola y hielo para transformarse en ese delicioso e irresistible brebaje que no tardó en aparecer y desaparecer

En cada previa del Indio intento definir sociológicamente a las almas que ahí se congregan, pero no lo logro. Es que por un día el vivir en paz y comunidad parece ser la consigna: al que le falta leña se le presta a cambio de nada y él seguramente convidará con algo a otro ricotero. Pese a los altos grados de alcohol en sangre (y otras sustancias que no puedo nombrar por ser legalmente penadas) los incidentes quedan sólo en las páginas amarillistas. Es como si todos hicieran un pacto tácito de poder demostrarle a la sociedad que pueden convivir juntos, pese a no tener doctorados ni ser las ovejas blancas del pueblo latinoamericano.

Fuente: Leandro Abraham para MuchaMerd. 

 

 

 

 

 


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