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Actualizado el 02 de Abril de 2014


Una Causa Justa con un Método Equivocado


La gesta de Malvinas quedará en la memoria de los argentinos como un intento de recuperar algo que nos pertenece a cargo de personas que estaban acostumbradas a usurpar y a violar las normas elementales de la convivencia social.

EL SUEÑO

Les tocó en suerte una época extraña.

El planeta había sido parcelado en

distintos países, cada uno provisto de lealtades,

de queridas memorias, de un pasado

sin duda heroico, de derechos, de agravios,

de una mitología peculiar, de próceres de

bronce, de aniversarios, de demagogos y de

símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos,

auspiciaba las guerras. 

López había nacido en la ciudad junto al

río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad

por la que caminó Father Brown.

Había estudiado castellano para leer

el Quijote. 

El otro profesaba el amor de Conrad, que

le había sido revelado en un aula

de la calle Viamonte. 

Hubieran sido amigos, pero se vieron

una sola vez cara a cara, en unas

islas demasiado famosas, y cada

uno de los dos fue Caín,

y cada uno, Abel. 

Los enterraron juntos. La nieve

y la corrupción los conocen.

El hecho que refiero pasó en

un tiempo que no podemos entender.

Jorge Luis Borges

LA GESTA DE MALVINAS

Antes de escribir El Sueño Borges dijo: "En otros tiempos yo estaba muy inquieto por mi país, pero ahora estoy desesperado. Los militares que nos gobiernan son tan incompetentes, tan ignorantes... Nadie conocía esas islas. Hizo falta que nuestros militares la desenterraran para hacer la guerra; los militares nuestros son mucho más peligrosos para nuestros compatriotas que para el enemigo. Las Malvinas fue una guerra de dos calvos por un peine".

Quizás la opinión de Borges pueda ser discutida pero lo cierto es que tres días antes de la recuperación de las Islas Malvinas se registró en el País una serie de manifestaciones que terminó con una represión brutal a tal punto que en Mendoza un gendarme disparó a mansalva sobre un grupo de gremialistas que estaban reclamando por la vuelta al estado de derecho. A causa de esos disparos murió Benedicto Ortiz. Ortiz era un obrero minero que marchaba pacíficamente reclamando por su derecho a elegir y también el derecho a equivocarse y volver a intentarlo, no quería que un coronel se equivocara en su lugar.

Junto a José Benedicto Ortiz cayeron heridos, Juan Enzo Ortiz (trabajador ferroviario), Raúl Aldo González, Ricardo Jorge García, Bruno Antinori y Héctor Moirat. José Benedicto Ortiz murió el 3 de abril en el Hospital Central.

La muerte de Ortiz casi fue ignorada, ya que la administración militar se había lanzado a la reconquista de las Malvinas y la mayoría del país estaba pendiente de este acontecimiento dejando de lado la víctima de la prepotencia militar.

El régimen gobernante estaba en franca decadencia y necesitaban una salida y por eso en la madrugada del 2 de abril de 1982, tropas argentinas que integraban el "Operativo Rosario" recuperaron por la fuerza sus derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich e Islas del Atlántico Sur al tomar el control de Puerto Argentino (Puerto Stanley), capital del archipiélago. Así comenzó la llamada "Guerra de Malvinas", por decisión de la Junta Militar que gobernaba el país después del golpe de Estado de 1976.

El entonces Comandante en Jefe del Ejército, Teniente General Leopoldo F. Galtieri, pasó a la historia como el responsable y gestor de la decisión de recuperar las islas por la fuerza. Eso despertó el fervor patriótico que fomentaron algunos periodistas, dirigentes sindicales y políticos. Nadie quería quedar afuera de la fiesta que se vivía en Plaza de Mayo teñida de color celeste y blanco que se colmó de miles de ciudadanos. Galtieri, quien ostentaba el cargo de presidente decía: "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla" y eso despertaba la euforia de especuladores pero también de personas bien intencionadas que entendían que era un momento histórico de recuperar parte del territorio que había usurpado el pirata ingles en 1833.

En el África una gran cantidad de gacelas acude cotidianamente a tomar agua a un lago cercano a su pastoreo. El león conocedor de la costumbre llega al lugar en busca de una presa. La manada, ante la presencia del felino huye despavorida pero el león siempre caza alguna. Es muy probable que al siguiente día la manada regrese al mismo lugar. Estos hermosos ejemplares son de tamaño medio, ágiles y de patas largas. Pueden alcanzar velocidades de 97 km/h, pero carecen de memoria y por eso el León se sigue alimentado de ellas.

Por la memoria de nuestros soldados que murieron en el Sur, por nuestros veteranos que fueron ignorados a su regreso, por aquellos que se suicidaron luego del conflicto es que tenemos que tener presente lo sucedido en el Sur y cada día ejercitar la memoria para que los prepotentes, los violentos, los ignorantes no tomen el lugar que le corresponde al pueblo. Para que no nos transformemos en gacelas y recuperemos lo que por derecho nos corresponde, debemos apelar a todas las instancias legales y diplomáticas que correspondan bajo el imperio del humanismo y la ley.


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